jueves, 23 de octubre de 2014

PRIMAVERA, VERANO, OTOÑO, INVIERNO Y PRIMAVERA OTRA VEZ

Una joya de película, la cual sintetiza las enseñanzas inmanentes a las leyes de la naturaleza. Se observan los cambios en los seres humanos en relación al tránsito de  las estaciones del año. Antes una recomendación: ¡tener paciencia! que su apreciación requiere de contemplación. 




Título original
Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom
Año
2003
Duración
103 min.
País
 Corea del Sur
Director
Kim Ki-duk
Guión
Kim Ki-duk
Música
Park Ji-woong
Fotografía
Baek Dong-hyeon
Reparto
Oh Yeong-suKim Ki-dukKim Jung-yeongSeo Jae-gyeongKim Yeong-minHa Yeo-jinJi Dae-han
Productora
Coproducción Corea del Sur-Alemania
Género
Drama
Sinopsis
Dos monjes viven en un monasterio aislado. Bajo la atenta mirada del más viejo, el más joven ve pasar las estaciones de la vida. Primavera: un niño monje se ríe de una rana que intenta librarse de una piedra que tiene en la espalda. Verano: un monje adolescente conoce el amor. Otoño: un monje de treinta años intenta hacer algo que va contra su naturaleza. Invierno: el monje está próximo a la vejez y alguien llega al monaterio. Primavera: el viejo monje conversa con la naturaleza; cerca de él juega un niño monje. 
Premios
2003: Festial de San Sebastián: Premio del Público
 
* Ficha largometraje en:
http://www.filmaffinity.com/es/film763256.html

* Fuentes bibliográficas:



Ver película en
  https://www.youtube.com/watch?v=SGJYxc8NPOY

1 comentario:

  1. Su apuesta un tanto estudiada y de un gran sentido representativo cae en las apariencias como también en lo pretencioso , disponiéndolo todo al servicio de una intención didáctica demasiado explícita.
    Las interpretaciones pasan del reservado e inexpresivo propio del budismo , a la exageración gestual para mostrar unos estados interiores de desespero o de deseos de venganza y revancha ; el tiempo lentísimo hace pesada la asimilación de una historia que se ve venir en cada estación, y el guión nunca llega a coger el compás ni la cadencia adecuada.
    Por lo tanto , la grandeza y delicadeza del entorno y la espléndida fotografía acaban no siendo suficientes para recomendar el filme . Hasta la muerte en el propio lago, única vez en el que sus dos estrellas principales apenas hacen uso de la palabra porque la imagen habla por ellos.
    Leandro Pereira

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